lunes, septiembre 01, 2008

Ausencias

Para nadie es un secreto que hoy en día México se ha vuelto tierra de nadie, somos víctimas (a veces incidentales) de la corrupción, la impunidad y la violencia generalizada que ha acabado con nuestra tranquilidad.

El dominio del narcotráfico sobre las estructuras de poder, y su posterior descomposición en las diversas ramas del crimen organizado ha minado la confianza en las autoridades (con razón), ha desatado una terrible paranoia y el miedo cada vez se acerca más a las puertas de la gente que queremos.

El sábado, por la noche al llegar a casa, abro de manera rutinaria mi correo electrónico y me encuentro en él un mensaje de una querida amiga que, por cuestión de nuestras responsabilidades, tenía tiempo sin coincidir.

Su familia tristemente había pasado a engrosar las estadísticas de seguridad de este país, fueron víctimas del crimen organizado, gracias al señor que sin consecuencias mortales pero el evento ha dejado una marca que habrá de determinar el rumbo de su vida.

El mensaje era una clase de despedida, despedida de un estilo de vida, despedida de una forma de concebir al mundo, despedida (cuando menos temporalmente) de la siempre infravalorada tranquilidad y principalmente la despedida hacia esta tierra que había sido su hogar por más de 10 años.

A ella y a su marido les tengo un gran cariño, solo atenciones he recibido de ellos desde que los conozco y el gran valor de su amistad, que atesoro entre mis cosas preciadas, espero que donde sea que se encuentren alcancen la paz perdida para seguir creciendo como familia a lado de sus hermosos niños.

A mi me duele que tengan que tomar este paso, porque su ausencia hace un poco mas dificil el diario andar por esta ciudad, porque su ausencia es pérdida para nuestra comunidad de la cual fueron actores, y simplemente porque hay ausencias que no pueden ser cubiertas.

Les mando un fuerte abrazo en la siempre presente esperanza del mejor mañana.

Txema

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