martes, julio 19, 2005

Parece que va a llover...

el cielo se esta nublando

Y la ciudad permanece en la zozobra, algo de temor se respira en las calles de la gente que, pese a la inminente llegada del huracán, no paran actividades y se aferran a sus responsabilidades como salvoconducto de salvación.

Y no es de extrañarse este temor, pese a todo, no tan seguido un huracán tiene la cortesía de pasar al hogar a saludar a la muchachada. Siendo sinceros laexperiencia más fresca en mi memoria se remonta al año de 1988, cuando el Huracán Gilberto tocó regias tierras dejando rastros de destrucción y muerto, la mayoría producto de la negligencia o poca prudencia de las novatas víctimas, yo entonces tendría alrededor de 9 años y cursaba el cuarto año de primaria.
Aunado a la poca preparación que tenemos para hacer frente a este tipo de fenómenos, tenemos el problema de un deficiente sistema de drenaje que nos libre de inundaciones pero no, es tradición de mi tierra las lagunas artificiales en épocas de lluvia, y en zonas tan turísticas como Av. Gonzalitos, M. Barragán u otras vías de comunicación que de manera incidental sirven como zona de recreo a los acalorados vecinos.

A mi me parece que sería necesario invertir en drenaje profundo, pero el gobierno no cree en él, considera que esta necesidad puede ser solventada vía la instalación de colectores de agua que se dediquen de dar salida al flujo del vital líquido. Ignoro quien sea su analista en el tema, pero su apreciación peca de temeraria, cuando menos.

En fin, solo nos queda esperar, la tormenta se acerca, dudamos de sus buenas intenciones, cerramos puertas y ventanas, cuiden sus pertenencias, desconecten los electrónicos, encierren a los animales, y a los empleados de los animales.

desde regias tierras, el chema

lunes, julio 04, 2005

Las campañas nos invaden

Uno de los problemas que aquejan al panorama urbano regiomontano es la desmesurada contaminación visual existente.

Y es entendible dado el alto poder adquisitivo de la ciudad, en comparación a otras zonas del país (y no se quejen que lo dice INEGI), ha atraido a cualquier cantidad de comerciantes que desean una tajada del gasto local.

Esto, aunado al oportunismo recaudatorio de algunas administraciones nos han llenado de panorámicos grandes, medianos, chicos, animados, en high definition, pululante, por todas partes, sin tregua alguna; y cuentan las leyendas de montañas que se esconden detrás de las luminosas estructuras.

El producto de temporada resulta ser, ante la inminencia del cambio de dios sexenal, la pulcra imagen (y sospechosos antecedentes) de aguerridos tipos que se dicen con la voluntad y capacidad necesaria para tomar los rumbos del país.

Te los topas en la TV mientras tomas tu sesión masoquista en el noticiero de la mañana, aparecen en las portadas de los periódicos, aunque algunos deberían encontrarse en la nota roja, uno acaba de autorizar cualquier cantidad de casinos a una televisora, a una semana de iniciar campaña; otro adelanta inauguraciones de obras poniendo en peligro la vida de la gente que se encuentra a su cuidado, otros aparecenen interminables spots que narran de logros faraónicos, de caminos a la nada.

Y falta un año señores, todavía falta un año. ¿Porqué permitirles el dispendio, porque permitirles que copen una agenda cargada de inevitables e impostergables, porque detener la forzada marcha del progreso? No hay mañana, lo se, y es por eso que se debe estar listo y seguro de llegar a la cita con la historia.

desde regias tierras, el chema