miércoles, junio 22, 2011

Esta tarde vi llover

Vi gente correr, y no estabas tú.....

Día de lluvia en Monterrey, todo va más lento que de costumbre en nuestra tierra, el tráfico vehicular a vuelta de rueda, accidentes por toda la ciudad, y nadie que atender en la oficina.

No se porqué pero la lluvia me gusta, me causa nostalgias, me hace pensar en otros tiempos, otros lugares que he pisado en mi vida, y tal vez otras vidas que vienen y se agolpan en el subconciente mientras se oye el golpeteo del agua sobre las ventanas y de pronto el inoportuno sonido de un claxon acaba con la magia.

desde regias tierras, el chema

jueves, enero 27, 2011

AMAYA

Recuerdo haberla visto cuando recién entraba a la carrera, con ese cabello chino que le cubría el rostro y la risotada que resonaba por toda la cafetería de Centrales, desparpajo jarocho que, cuando menos, me llamaba la atención, yo era entonces un chico bastante mesurado (algo de eso sigo siendo) y parte de la minoría local que recibía su formación académica y social en ese Campus Monterrey de mis recuerdos.

Coincidí con ella en algunas materias, incluso en algún curso de francés de la Alianza Francesa que en ese entonces se encontraba frente al Campus, siempre risueña, siempre amable. Nunca hemos sido los grandes amigos, y es una pena, pero a la compañera se le quiere y se le tiene un aprecio muy grande por ser como es.

En los últimos años hemos tenido una comunicación intermitente, alguna vez ha entrado a mi blog a comentar, otras veces yo hago lo mismo en el suyo,entre los blogs y las conversaciones en el Messenger nos enteramos un poco de nuestros andares o discutimos de esas cosas extravagantes que sólo nos interesan a nosotros los internacionalistas.

Fue así como me enteré de las cosas lindas de su vida, de su paso por Chiapas, de su matrimonio, de su labor como maestra en el defectuoso, su mudanza a Guadalajara, la actividad de diseñadora, la venta de bufandas (yo tengo guardada la mía), las aventuras de la Chepis (Chepina, su perra), el regreso a Veracruz y hasta el nacimiento de su bebe, una vida intensa la de nuestra amiga.

Por ese mismo medio fue también que me enteré de las cosas difíciles a las que se ha tenido que enfrentar, principalmente en lo que respecta a su salud, creíamos que era algo que ya había sido superado pero este pasado diciembre vuelve a ser el cáncer el enemigo a vencer, puede parecer abrumador en principio pero ella siempre ha sido una persona fuerte y de claras convicciones por lo que estoy seguro que saldrá avante.

Yo sólo espero que sepan, ella y su marido, que no están solos, que somos un montón de gente que los quiere y que los tenemos en nuestros pensamientos y en nuestras oraciones.

Conscientes de que no existen recursos que aguanten este tipo de batallas sus amigos a lo largo y ancho de este país tratan de apoyarla de diversas maneras, si están en la posibilidad de hacerlo, de apoyar a una persona maravillosa que afronta con total valentía el embate de est enfermedad, una persona generosa y con un increible apego a las mejores causas planetarias, les agradecería de todo corazón lo hicieran, yo por mi parte haré lo propio.

miércoles, enero 19, 2011

La Jornada: El asesinato de Lumumba

Acabo de leer este artículo, me pareció muy interesante, esclarecedor del origen de los "usos y costumbres" entre las élites del poder africano.

La Jornada: El asesinato de Lumumba

El asesinato de Lumumba
José Steinsleger

En la mañana del 30 de junio de 1960, en Leopoldville (hoy Kinshasa), el rey Balduino I de Bélgica pensó que tras declarar en persona la independencia de la República Democrática del Congo, pueblo y colonos quedarían eternamente agradecidos con la metrópoli colonial. Pero algo salió mal.

Patricio Lumumba, joven primer ministro del gobierno presidido por Joseph Kasavubu, tomó el micrófono y los encargados del protocolo quedaron tiesos: “Nunca más seremos vuestros monos”, dijo Lumumba en las narices del rey. El monarca de la casa eeal de Sajonia-Cobenza-Gotha empalideció, y tuvo que oír las desgarradoras palabras del líder nacionalista:

“Durante los 80 años del gobierno colonial, sufrimos tanto que no podemos alejar las heridas de la memoria. Nos han obligado a trabajar como esclavos por salarios que ni siquiera nos permiten comer lo suficiente para ahuyentar el hambre, o encontrar vivienda, o criar a nuestros hijos como los seres queridos que son…

“Hemos sufrido ironías, insultos y golpes nada más porque somos negros… ¿Quién podrá olvidar las masacres de tantos de nuestros hermanos, o las celdas en que han metido a los que no se someten a la opresión y explotación? Hermanos, así ha sido nuestra vida.”

Totalmente inesperado en la agenda (una ceremonia ordenada y agradecida con el amo blanco), el discurso estremeció a los pueblos del África negra y el mundo colonial. En Bélgica, la prensa conservadora atacó a Lumumba, manifestando que su muerte sería “…una bendición para el Congo”.

El diario católico La Libre Belgique estimó que algunos ministros lumumbistas “…se han convertido como primitivos e imbéciles, o como criaturas comunistas” (12/7/1960). Marcel de Corte, profesor de moral y filosofía de la Universidad de Lieja, expresó de Lumumba: “Es un bárbaro que hace llorar de rabia a los oficiales, cuando bastaría un gesto viril de uno de éstos para librar al planeta de su sangrante despojo” (ídem, 27/7/1960).

En Los últimos 50 días de Patricio Lumumba (investigación de G. Heinz y H. Donnay) se apunta que desde antes del histórico discurso, Lumumba era considerado en los medios europeos como el político congoleño a quien había que separar a toda costa del poder.

El periodista P. de Vos, dirigente de importantes sociedades coloniales, escribió que deseaba ver al líder nacionalista “…muerto con una bala en su pellejo… Sé que habrá en uno de los asilos de Kasai, un loco que se encargará de este trabajo” (Ibérico Europea de Ediciones, Madrid 1970, p. 31).
En septiembre de 1960, el coronel Joseph Mobutu (quien de 1965 a 1997 gobernó despóticamente el país que rebautizó con el nombre de “Zaire”), dio un golpe de Estado, y Lumumba fue detenido en las afueras de Kinshasa. Liberado por su escolta y militantes del Movimiento Nacional Congoleño (MNC), el líder retornó a la ciudad, donde arengó a la multitud.

Simultáneamente, las potencias imperialistas entraban en acción. A un mes de la toma de posesión del gobierno, con el respaldo de Washington, París y Bruselas, el títere Moisé Tshombé declaraba la secesión de Katanga, ubérrima provincia minera que durante la Segunda Guerra Mundial fue la principal fuente de caucho, y minerales como el titanio y cobalto. El uranio usado para las bombas atómicas que Estados Unidos arrojó sobre Hiroshima y Nagasaki provino de la mina Shinkolobwe, una de las tantas administradas por el “Congo Belga”.

Lumumba pidió ayuda a Moscú, y Allen Dulles, jefe de la CIA, sugirió quitarlo de en medio “…lo antes posible”. El presidente Dwight Eisenhower autorizó la acción. El ejército y los cascos azules de la ONU arrestaron a Lumumba el 10 de octubre. El premier consiguió nuevamente escapar, y trató de llegar a Stanleyville (hoy Kisangani), su principal base de apoyo. Finalmente, fue detenido por los hombres de Mobutu.

El 10 de enero Lumumba fue embarcado en un avión civil belga y piloteado por un belga, que lo trasladó a Elizabethville (hoy Lubumbashi), capital de la provincia de Katanga. Durante las seis horas del viaje, mercenarios belgas y soldados congoleños lo torturaron y golpearon sin piedad.

Ludo de Witte, sociólogo flamenco, quien en 2000 publicó una enjundiosa investigación con base en archivos oficiales belgas y documentación de Naciones Unidas, desbarató la versión oficial de Bruselas, que durante 30 años atribuyó el crimen a “ajustes de cuentas” entre las distintas facciones congoleñas.

La tarde del 17 de enero, Lumumba y sus colaboradores Mauricio Mpolo y José Okito, fueron amarrados a un árbol y asesinados uno tras otro por militares belgas en una ejecución supervisada a corta distancia por Tshombé. De Witte probó que la operación llamada Barracuda fue dirigida por el capitán belga Julián Gat.

Otro belga, el comisario Gerard Soete, jefe de policía de Tshombé, confesó a la televisión de Bruselas VRT (y también a De Witte) que se le ordenó hacer desparecer a las víctimas con ácido sulfúrico. De recuerdo, Soete se quedó con dos dientes de Lumumba, y una bala incrustada en el cráneo.

lunes, enero 03, 2011

2010 Año de Destrucción y Reconstrucción

2010 Año de Destrucción y Reconstrucción

Vaya, sin variar el talante negativo del discurso del año pasado lo más que puedo agradecer es el término, "haiga sido como haiga sido", de este año, a finales de 2009 hablaba con esperanza de que el 2010 que empezaba no podría ser peor que el año en curso, me equivoqué, así que he terminado de disfrutes triunfalistas, de lanzar loas hacia un mañana promisorio lleno de sueños y objetivos por lograr, y sólo agradezco estar aquí hoy, al menos hoy me encuentro con bien y de lo cual estoy feliz.

Este 2010 me fue un año particularmente extraño, todo en él estuvo impregnado de ese dulce olor a muerte, fue a principios de mismo que tuve mi muy particular encuentro con la "niña blanca" que me tuvo a punto de no pasar el primer tercio del mismo, saliendo airoso de ese primer contacto, fue en septiembre cuando mi padre tuvo el suyo, apostando todo por la vida....y perdió, al principio lo quise ver como una cuestión de batallas ganadas y perdidas, tonto de mí, no es realmente una batalla al ver la muerte a su rostro, al irrespetarla, siempre llevas la de perder, hoy me doy cuenta que está la muerte siempre presente en nosotros en la convivencia diaria, a veces armónica y a veces insana, pero siempre ahi, pero somos nosotros los que le dotamos de simbolismos, las que le cargamos de emociones de todo tipo.

Por lo pronto la pérdida paterna me fue devastadora al quitarme el piso sobre el que tenía mi cimentación como persona, como ser social, destruyó no solo mi confianza en el dia a día, cambió mi marco de referencia, mis estatutos regulatorios (por llamarlo de cierta manera), mis alcances en lo que a responsabilidad respecta y mi forma de interactuar con el mundo que me rodea. Es sobre esta nueva realidad, mi realidad, que intento reintegrarme a la vida, reconstruirme.

Tal vez suene como forzado o como trasnochada idea pero hago algo de paralelismo con lo que nos está pasando ahorita como país, estamos en un proceso autodestructivo del estado de derecho y las instituciones, pero lo que habrá de resultar de esta destrucción del estado, en todas sus vertientes puede dar un monton de resultantes desde la implosión del mismo para convertirnos en un estado fallido o puede ser la oportunidad de refundarlo, de crear nuevas instituciones, nuevas relaciones de la sociedad para con su entorno, con su comunidad, con la autoridad.

Me doy cuenta que aun peco de positivo con esta imagen, la esperanza de que de la gran tragedia nacional podría... debería, por favor, salir algo bueno, el rescate de la patria, pero a veces no se si es posible, y me copan temores de que en nuestro ser andante, de ese constructo subjetivo nacional, no hay ya nada rescatable, lo cual es terrible, es decir que hemos caminado sobre humo y sobre falsas esperanzas de grandeza y desarrollo, en tal caso no todo está perdido ¿que acaso nuestro mito fundacional no se basa en la construcción de un IMPERIO sobre el agua?