Turbado, intranquilo, alarmado

No es secreto que el país pasa por un problema, y grave, de seguridad, el narcotráfico ha empujado a una espiral de violencia a la nación como nunca se había presentado, algunas ramas del narcotráfico desarticuladas se han estado mudando de actividad criminal y una de las más socorridas, por lo lucrativa que es, además de la comprobada impunidad es el secuestro.

Un par de casos muy mediáticos se tuvieron esta semana, ambos teniendo como resultados muertes terribles y violentas, siendo un caso en particular el que ha acongojado a la nación, la muerte del chico Fernando Martí de 14 años hijo de Alejandro Martí dueño de una cadena de tiendas deportivas que ostentan su apellido así como de una cadena de gimnasios.

El muchacho fue secuestrado a principios de Junio en un falso retén federal colocado en Insurgentes Sur en la ciudad de México, en donde murieron tanto el chofer como el escolta del muchacho. Desconfiando de la autoridad (por claras razones) contrataron un negociador, se especula que se pagaron alrededor de 3 millones de dólares, pero al no aparecer el muchacho, pusieron este desplegado en un periódico de la localidad.



El viernes pasado encontraron el cadáver del muchacho en la cajuela de un coche abandonado, según el forense ya tendría un mes muerto antes del hallazgo.

Ante lo mediático del asunto, la autoridad lanzó una pesquisa de amplio espectro teniendo ya 4 arraigados, al parecer 2 de ellos policías (¿lo dudaba?)

Este caso, junto a tantos no públicos que ya escuchamos en las calles, en el café, con los vecinos, ha destrozado nuestra tranquilidad y la credibilidad de todo un régimen.