Milenio Diario (Monterrey) 20/09/2007
MONTERREY
Por sensatez, Diego de Montemayor hubiera dado otro nombre a su fundación.
Eran una docena de jacales, junto a un ojo de agua nada caudaloso.
Pudo llamarlo Potrero Chico. O San Juan de las Golondrinas.
Pero Diego traía en sus pupilas la visión de una grandeza por venir.
Llamó al caserío Ciudad Metropolitana de Nuestra Señora de Monterrey.
A los regiomontanos les ha tomado 400 años cumplirle el sueño a su fundador.
Encontró su grandeza en el trabajo y en la industria; en un fiero nacionalismo.
Hoy se cumplen 411 años de su fundación. Y sigue labrando su grandeza.
Epílogo
Hace 13 años.
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