lunes, enero 03, 2011

2010 Año de Destrucción y Reconstrucción

2010 Año de Destrucción y Reconstrucción

Vaya, sin variar el talante negativo del discurso del año pasado lo más que puedo agradecer es el término, "haiga sido como haiga sido", de este año, a finales de 2009 hablaba con esperanza de que el 2010 que empezaba no podría ser peor que el año en curso, me equivoqué, así que he terminado de disfrutes triunfalistas, de lanzar loas hacia un mañana promisorio lleno de sueños y objetivos por lograr, y sólo agradezco estar aquí hoy, al menos hoy me encuentro con bien y de lo cual estoy feliz.

Este 2010 me fue un año particularmente extraño, todo en él estuvo impregnado de ese dulce olor a muerte, fue a principios de mismo que tuve mi muy particular encuentro con la "niña blanca" que me tuvo a punto de no pasar el primer tercio del mismo, saliendo airoso de ese primer contacto, fue en septiembre cuando mi padre tuvo el suyo, apostando todo por la vida....y perdió, al principio lo quise ver como una cuestión de batallas ganadas y perdidas, tonto de mí, no es realmente una batalla al ver la muerte a su rostro, al irrespetarla, siempre llevas la de perder, hoy me doy cuenta que está la muerte siempre presente en nosotros en la convivencia diaria, a veces armónica y a veces insana, pero siempre ahi, pero somos nosotros los que le dotamos de simbolismos, las que le cargamos de emociones de todo tipo.

Por lo pronto la pérdida paterna me fue devastadora al quitarme el piso sobre el que tenía mi cimentación como persona, como ser social, destruyó no solo mi confianza en el dia a día, cambió mi marco de referencia, mis estatutos regulatorios (por llamarlo de cierta manera), mis alcances en lo que a responsabilidad respecta y mi forma de interactuar con el mundo que me rodea. Es sobre esta nueva realidad, mi realidad, que intento reintegrarme a la vida, reconstruirme.

Tal vez suene como forzado o como trasnochada idea pero hago algo de paralelismo con lo que nos está pasando ahorita como país, estamos en un proceso autodestructivo del estado de derecho y las instituciones, pero lo que habrá de resultar de esta destrucción del estado, en todas sus vertientes puede dar un monton de resultantes desde la implosión del mismo para convertirnos en un estado fallido o puede ser la oportunidad de refundarlo, de crear nuevas instituciones, nuevas relaciones de la sociedad para con su entorno, con su comunidad, con la autoridad.

Me doy cuenta que aun peco de positivo con esta imagen, la esperanza de que de la gran tragedia nacional podría... debería, por favor, salir algo bueno, el rescate de la patria, pero a veces no se si es posible, y me copan temores de que en nuestro ser andante, de ese constructo subjetivo nacional, no hay ya nada rescatable, lo cual es terrible, es decir que hemos caminado sobre humo y sobre falsas esperanzas de grandeza y desarrollo, en tal caso no todo está perdido ¿que acaso nuestro mito fundacional no se basa en la construcción de un IMPERIO sobre el agua?

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