Siempre he considerado al hombre como un ser evidentemente, eminentemente, político, donde de manera conciente o inconciente practica sistemas de gestión para alcanzar ciertos fines para la colectividad, fundado en el caracter gregario de la especie.
Pero no todos los grupos dentro de la sociedad mantenemos los mismos intereses, mismas necesidades, es de la defensa de estos intereses particulares (que algunos consideran pequeño-burgueses) los que limita la representación que una persona tiene de la sociedad a la que pertenece.
En su versión más mundana el hombre sigue los mismos pasos de protección de los intereses del grupo, pero reduce la colectividad a pequeño círculo personal donde estos intereses pasan por encima de los derechos del grupo mayoritario.
Todo sea por el bienestar de si mismo y de su corte, ideal corrupto de la representación.
Epílogo
Hace 13 años.
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