El dolor de cabeza permanece, la cruda moral pesa de igual forma, los excesos de los que hemos sido partícipes toman represalias, "Todo se paga en esta vida" dice mi abuela sentenciando los costos de la insensibilidad, de la superficialidad y el consumismo exacerbado al que nos abandonamos, nuevos ídolos aparecen en los altares decembrinos desde el desenfadado Baco pasando por las largas sobremesas hasta el complaciente, a veces, Master Card.
La resaca decembrina se niega a abandonarme, culpo los estragos al profesionalismo, algunos tomamos más en serio que otros el sendero milagroso de la "Lupe-Reyes", volvemos a la realidad que se habia suspendido a lo largo de un mes y los problemas diarios vuelven a ocupar su lugar tradicional en nuestra agenda.
Nos volvemos a quejar del tráfico, se nos va el color cuando vemos de a como ($$) viene el predial y los refrendos y los cambios de placas y las multas atrasadas y las tarjetas y las tarjetas ah y las tarjetas ( ¡¡NNOOOOO!!)
Pero que se le va a hacer, yo por lo pronto a pagar deudas y a poner la alcancia, que mis deseos no me sostienen en el terruño por mucho tiempo, la necesidad de aventura topará solo en el muro de mis posibilidades de liquidez.
En fin ya hable demasiado por el momento, descansen, que yo lo haré.
Epílogo
Hace 13 años.
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